El espejo de Ipa Mama Huaco
- Angel Burbano
- 19 mar 2020
- 8 Min. de lectura
21 de agosto de 2017
Es viernes y estoy corriendo en la misma dirección las mismas miradas de hace unos años, algunas no las reconozco otras, sí, la travesti, la drag, la loca corre furiosa, corre en la misma dirección, corre por sus derechos sexuales, perdió la batalla aún así sigue corriendo, corre por el derecho a su género en la cédula, perdió, no se cansa, voltea a mirar, también perdió su primera carrera en la universidad, su familia no le apoya en su transición, le toca ser mujer de medio tiempo, está bien así. Le gusta ser hombre, le gusta ser mujer, le gusta ser ella, le gusta correr, porque ya está acostumbrada a correr en la noche, por los parques, que la mimetizan y la protegen de qué, bueno eso es discutible hay muchos actores a sus 25 años, pero ese no es el tema de esta exposición.
Decidí realizar mi trabajo sobre una mujer máscara (huacón), sobre una mujer danza (huaconada), sobre una mujer colmillo (huaco), mientras escapaba de nuevo, pensaba en mis manos, pensaba en mis pies, mi corazón late, cada golpe, cada sonido, tacto abierto, se interioriza, “mi interpretación es corporal”, mi interpretación es travesti, hay cosas que no comprendo, mi corporalidad, su masa, su materialidad, frente al espejo, su vacío, su incomplitud, inexistencia, placer para ser llenado, placer llenante, siempre relacionado al desperdicio, a las eses, al pecado, a la muerte. ¿Culpa?... no, escapaba de un baile donde las cosas salieron mal. Nací bailando, mi nombre es Kosakura nací en un concurso drag queen.
Este análisis sobre figuras pre-coloniales, figuras liminales que arremeten contra la inteligibilidad del género en su rígido espectro, en una primera instancia es una apuesta que se encasilla dentro de los estudios gays en siglo XX, como nombra Peter Sigal en su texto Infame Desire, investigadores como Michel Horswell, Sigal, Oyeronke Oyewumi, Rita Segado, Catherine Walsh, proponen una perspectiva de largo horizonte que conecta el cuerpo, la sexualidad y el significado de género anclado en la colonia y una posible matriz muy otra, en culturas andinas, afro.
Volver, interpretar, encarnar, escarbar por el cuerpo de Mama Huaco, un colmillo, su danza, el rastro de su máscara, su espejo, es una búsqueda por la resistencia de cuerpos históricamente deshumanizados, discriminados, enfermos. La importancia de la reinterpretación de estas narrativas es una apuesta por teorizar de “otra manera”, propuesta de Gloria Anzaldúa, Sandra Harding. Según Catherine Walsh, es una posibilidad de contextualizar “desde abajo” desde el patio de atrás, como una crítica a la producción de conocimiento y poder hegemónico.
Sin embargo, volviendo al fragmento que cité de mi diario, la principal movilidad de la interpretación de Mama Huaco es mi deseo. Esta potencialidad, movimiento, búsqueda me moviliza en mientras corro en la noche, mientras estoy en tránsito, de un género a otro, en este cuerpo travesti que puede ser leído como anormal, como irracional, perverso, como irracional, también como salvaje y finalmente como un cuerpo sin sentido. La ausencia de sentido finalmente permite una interpretación desde propuestas actuales sobre la crónica (coronica, o carta de Guamán Poma) como es la hermenéutica Pluritópica.
Este planteamiento de Mignolo, parte de la “semiosis colonial” para dar cuenta de un complejo sistema de interacciones semióticas presentes en el discurso colonial. En el caso de la carta crónica de Guamán Poma, se aplica perfectamente, por los dibujos que se encuentran en la misma. Rolena Adorno menciona que varios textos pictóricos no están subordinados al texto, de la misma manera se puede interpretar el punto de vista del autor, el mismo que para Adorno es más pro-andino, que pro-inca, más pro-cristiano que pro-clerical.
En caso de la hermenéutica pluritópica, posibilita un análisis de los diversos sistemas de signos, como la narrativa y las ilustraciones de manera que se obtenga una interpretación teniendo en cuenta la pluralidad de tradiciones andinas.
El manuscrito
Para regresar sobre el cuerpo de Mama Huaco, la mujer arquetipo de la liminalidad, la eva andina, de la que habla Rolena Adorno, Michell Horswell, la mujer-colmillo, idólatra y hechicera, según Guamán Poma, es necesario hablar sobre el manuscrito donde está su cuerpo. Este manuscrito entendido como archivo pero también como un lugar de encuentro, que para Mari Luise Pratt (1997) puede ser entendido como una Zona de contacto. Zeb Tortorici, en su texto “Sins Agains nature”, habla de la importancia de queerizar la teoría y las interpretaciones, de la zona de contacto planteada por Marie Louis Pratt, que consiste en:
“Un espacio de los encuentros coloniales, el espacio en el que pueblos geográficamente separados entran en contacto (…) es un intento por invocar la presencia conjunta, espacial y temporal, de sujetos anteriormente separados por divisiones geográficas, históricas (…) una perspectiva de contacto pone de relieve a los sujetos que se constituyen pro sus relaciones mutuas. Entre colonizadores y colonizados, entre viajeros y visitados”.
Tortorici, adiciona a esta reflexión la importancia de una segunda zona de contacto. El archivo, en este caso el manuscrito como un lugar. En el cual se puede encontrar el pasado, el presente, asi como susestructuras de poder coloniales. Concluye este apartado Tortorici, mencionado que en esta zona de contacto segunda, tanto archivistas, historiadores, como la interpretación del archivo se construye en relación de unos con otros, con el objeto.
Tanto Rolena Adorno, como Marie Louis Pratt, tienen un acercamiento sobre el manuscrito, ambas coinciden que fue encontrado por primera vez por el peruanista Richard Pietchmann, peruanista, que investigaba la releza dinamarquense en Copenhague. El manuscrito está fechado en Cuzco 1613, cuatro décadas después de la derrota del Imperio Inca por los Españoles según Pratt. Rolena Adorno asegura que esta carta-cronica (corónica) tubo claras intenciones políticas, y estaba hecha para público letrado, su principal destinatario el Rey Felipe III. El objetivo del autor ladino Guamán Poma de Ayala () fue devolver las tierras a sus dueños andinos. Con este objetivo se respalda de otras figuras criollas benévolas como es el caso del Arzobispo Loaysa, que devolvió las tierras a los indios después de su muerte.
La segunda categoría, siguiendo la propuesta de Marie Louse Pratt (1997) para acceder al corpus de Mama Huaco, es la Anticonquista, que, en la figura de los hombres españoles integraba tanto la estrategia de inocencia en sus escritos de viajes y exploración, su retórica imperial, así como su conquista hegemónica por medio de la escritura que en palabras de la autora pasivamente observa y posee.
Esta categoría permite encarnar los ojos imperiales que por un lado crean provincias que no son Europa, que están descentradas, que son “otro mundo”, su imaginario y estrategias narrativas que específicamente en cuerpos femeninos llevaban siglos instituyendo. Entre algunos ejemplos de Anticonquista en relatos de viaje o casos legales, mencionados por Horswell está:
1.- La asociación de las mujeres y la lujuria en el marco cristiano (pp. 121)
2.- La asociación del “otro de género” con lo monstruoso, en el caso de la sodomía (cuentos de gigantes invasores de Puesto Viejo).
3.- Asociación de las mujeres poderosas como anti-mujeres. (como es el caso de doña Berenguela, que realizó un reclamo a Alfonso X, por el trono), de la misma forma señoras, mamas andinas, eran vistas como anti-mujeres.
La última categoría que permite aprehender el manuscrito es la auto etnografía. Categoría según la cual el colonizado se representa sobre la base de un compromiso con el colonizador. En el caso específico de Guamán Poma, su representación en el ámbito de género se presenta por medio de asumir una masculinidad, hombría de conquista.
La construcción de la masculinidad de la conquista en América, es teorizada por Fermanda Molina en su texto, Crónicas de Hombría, donde da pautas de categorías y nociones que versaron en la construcción de la subjetividad del varón en la conquista. Es importante socavar en la masculinidad de Guamán Poma, para entender su papel transculturador de género, según Horswell, que fue estratégico pero que como explica Pratt, estuvo comprometida con los valores del colonización, sin embargo como se puede apreciar en los dibujos, hubo una resistencia y negociación.
Se destaca la figura de Cristóbal Albornoz, inspector y visitador, extirpador de idolatrías, específicamente su papel versa en la extirpación del Taki Onkoy, movimiento andino que buscaba recuperar la cultura con manifestaciones como cantos. En 1569-1571, según Adorno, Guamán Poma, estuvo al servicio de Cristóbal Albornoz, de donde se piensa que asimiló un modelo de intelligentsia hispana, que por un lado incorporaba la religión católica como modelo de virtud del caballero de Dios, y por otro lado un modelo racional de la ciencia (natual y geográfica).
Se puede mirar en la carta- corónica, varios episodios en los cuales Guamán Poma apela al modelo de “perfecto hidalgo”, cuando lucía a la figura de su Abuelo Capitán en el Tawantinsuyu. Esta subjetividad construye otro, que generalmente será lo contrario, en el caso del cuerpo de Mama Huaco, su perfil, moldeado por la subjetividad de Guamán Poma, es contrario a la religión católica, es descrita de esta manera como idólatra, su sabiduría y enseñanzas son relegadas a lo que Tomás de Aquino postuló en siglo XIII sobre la Magia (Mageia, adivinación), “una herencia del demonio”.
Corpus
El cuerpo de Mama Huaco, es un cuerpo liminal, abyectado, otro del género, se encontrarán otros relatos de la misma figura en Santa Cruz de Pachacutic, indio ladino y en Pedro Gamboa de Sarmiento, contribuyente del Virrey Toledo. En el caso de este último, se puede ver como Mama Huaco es representada en términos diabólicos; los femenino es destructivo, amenazante:
La mujer de Ayarcache (el que perdió la cueva) llamada Mamaguaco dio a un indio de los deste pueblo de coca un golpe con unos ayllos y matólo y abrióle de presto y sacóle los bofes y el corazón y a vista de los demás del pueblo aquel caso tuvieron gran emor e con el miedo que había tomado luego en aquella hora se furon huyendo al valle que llaman el día de hoy Gualla ().
Mama Huaco es presentada como una mujer trangresora y masculinizada, símbolo de lo abyecto en la crónica de Toledo, según Horwell, es la personificación de un pueblo barbárico e inhumano en necesidad de civilización y evangelización. Rolena Adorno problematiza esta figura desde la crónica de Guamán Poma, cuya posición de subalterno, como ya se explicó negocia, manipula, y no se subordina a otros textos sobre el cuerpo de Mama Huaco. En la primera parte del análisis de Adorno, se menciona varios elementos, también encontrados en la crónica: “Fue muy hermosa y morena…”, consorte del primer Inca, Manco Cápac.
La atienden tres servidoras. Mama Huaco se arregla frente a un espejo que ostenta su propio reflejo. Una de las servidoras le peina las largas trenzas mientras que una pequeña figura en primer plano sostiene una vasija que contiene alguna preparación cosmética donde la Coya hunde la punta de sus dedos. Una de las mujeres que está a su servicio es enana y encorvada, es una perspectiva interna para Rolena Adorno, lo que más me llama la atención es ella toma en cuenta el lenguaje y los efectos performativos del lenguaje que el orden andino, y su posición en el tinkuy como diría Horswell, dicen de la figura. El lenguaje es presentivo, como si el autor estuviese ahí: “Dijo que era hija del sol”, el verbo dijo, denota decisión y poder sobre la figura.
Por otro lado existe una interrupción en el tiempo narrativo y la narración recae sobre otros testigos, “Según cuentan su uida y historia que hablabaua con los demonios, Hacía hablar a las piedras y las peñas… hacía milagros de los demonios… Tenía su vestido de rrosado Governava más que su marido Mango Capac… Hacía bien a los pobres en la ciudad”.
Otro elemento es el espejo que sustenta Mama Huaco en una de sus manos, según Rolena Adorno esta representación puede ser interpretada en movimiento, porque el espectador también mira la cara de Mama Huaco, según Horswell, el género liminal y las manifestaciones queer se complementan así mismas.
Si pensamos en las campañas de extirpación de las idolatrías, el espejo de Mama Huaco sería un espejo negro de brujería. La noción de espejo negro ha sido teorizada por Pedro Lash, artista visual mexicano como, como una metáfora donde el que se mira está representado por una matriz ligada al poder colonial.
En un trabajo similar Omise´eke Natasha Tinsley, en Ezili´s Mirrors, piensa en el espejo como un dispositivo detonador de creatividad, para la autora, el espejo posibilita que lo posible se vuelva posible, posibilita pensar en un cuerpo mujer, cuerpo mujer-ritual, mujer-elemento. De manera que la creatividad sexual nunca sea consumida por un único reflejo, o poder invisible, sino que esta imaginación permita el tránsito.
¿Quién soy?, ¿Soy una drag?, Susan Sontag dice que la máscara sobrepasa a lo que pretende ocultar, muchas de nosotras ya hemos sido borradas con una masculinidad impuesta desde niños, pero la máscara o solo esconde, sino que es verdadera cuando borra lo que hay detrás, lo borra y lo proyecta, esta proyección esta máscara, huacón, colmillo, danza, soy yo.

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